Asimismo, se destacó en la actividad gremial, convirtiéndose en factor decisivo en la lucha por la conquista de mejores reivindicaciones para el profesional de la Ingeniería.
El Ing. Jesús Salazar Boada fue muy apreciado y respetado en el Colegio de Ingenieros de Venezuela, donde cultivó numerosas amistades. De alma noble, fue poseedor de numerosas virtudes y cualidades humanas. Bondadoso, humilde, generoso, ejemplar e intachable. Además, siempre defendió con vehemencia sus principios democráticos y combatió firmemente las arbitrariedades e injusticias.
Hasta el final estuvo batallando. Lo vimos hasta hace poco muy activo como Coordinador del Proyecto del CIV, Pensar en Venezuela, mediante el cual se proponen las estrategias de acción que contribuyan a solventar problemas importantes de infraestructura en nuestro país, mediante su estudio, análisis y evaluación.
El terremoto ocurrido en Cumaná el 17 de enero de 1929, produjo muy graves daños al colonial Castillo San Antonio de La Eminencia, construido durante la segunda mitad del siglo XVII, hoy patrimonio histórico de la Nación. Su antigua estructura, ya se encontraba muy deteriorada por el sismo del 14 de julio de 1853. El ing. Salazar Boada reparó los daños en 1956. Salazar logró restaurar las paredes y corregir otros daños estructurales. Con su eficaz trabajo logró que el Castillo dejase de ser un conjunto de ruinas y escombros.
También fue Vicepresidente del Tribunal Disciplinario del Colegio de Ingenieros de Venezuela, y fue galardonado con la más alta distinción que otorga este ente gremial, la condecoración “Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho”. El acto del sepelio se llevó a cabo el pasado lunes 4 de diciembre en el Cementerio del Este.
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Ing. Jesús Salazar Boada.