Por una parte, hay un sector que, basados en el anuncio de la flexibilización de las sanciones que pesan sobre Venezuela, ven esta como una suerte de varita mágica que solucionará los problemas y la crisis que estamos viviendo. Por la otra está el sector de los que apostamos a realizar los cambios necesarios de una forma más profunda y con un criterio de sostenibilidad que garantice la solidez de la recuperación necesaria basada en programas de rescate de la capacidad productiva, la rehabilitación de la infraestructura existente para que sirva de base para la incorporación de Venezuela al siglo XXI según lo cánones existentes a nivel mundial.
Hace falta, además, restituir la seguridad jurídica, la institucionalidad y la independencia de poderes públicos y así generar la confianza necesaria que permita que la inversión privada, nacional y foránea, asuma el rol participativo necesario para lograr los objetivos de desarrollo planteados.
En fin, existen dos visiones, que, aún siendo contrapuestas, ambas implican cambios en la forma en la que se está desenvolviendo el país en la actualidad, eso ya es positivo.
Y si tomamos en cuenta que para la ejecución de los cambios que se están planteando, en cualquiera de las vertientes indicadas, hace falta el concurso y la participación de los ingenieros, se hace pertinente que hoy, en esta fecha tan significativa para nosotros, hagamos un ejercicio de reflexión acerca del rol que ejerceremos en pro de las soluciones a la crisis existente con miras al futuro de actualización y desarrollo que debemos impulsar desde nuestro gremio.
Sigo siendo optimista por estar seguro que contamos con la mayor fortaleza para impulsar los cambios que se vienen, la cual se basa en la capacidad de los profesionales del sector de la ingeniería, arquitectura y profesiones afines
¡FELIZ DÍA DEL INGENIERO!